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Espere, por favor...
Cuando nuestro mejor amigo nos deja…

Cuando nuestro mejor amigo nos deja…

Una mascota o un animal de compañía es definida en el diccionario, como aquel ser, que independiente de su especie, mantiene con el hombre una relación grata a través de juegos, caricias, paseos; además de ser el compañero es un regulador emocional al permitir que afloren los sentimientos o emociones más nobles del ser humano.

Quienes comparten su vida y tiempo con una mascota tienen una muy profunda preocupación, su inevitable muerte. Sea por causas naturales cuando se hacen mayores; o por una triste enfermedad terminal. Luchar por la vida medicamente hablando tiene sentido mientras sea posible la sanación, o la calidad de la misma, pero luchar contra la muerte a toda costa es absurdo, y doloroso. En este punto conocer la diferencia entre los conceptos de dolor y sufrimiento, es muy pertinente, el dolor puede ser paliado con medicación, pero el sufrimiento es muy difícil de remediar.

La muerte por misericordia, se realiza para poner fin al sufrimiento de un paciente, se indica cuando se presentan entre otras, las siguientes enfermedades.

  • daño encefálico extenso e irreversible
  • daño de medula espinal y parálisis irreversible dolorosa
  • trastornos neurodegenerativo avanzados
  • dolor intenso y crónico que no puede ser paliado
  • metástasis pulmonares que provoquen disnea y déficit ventilatorio
  • politraumatismo y quemaduras severas y extensas
  • malformaciones congénitas incompatibles con la vida
  • enfermedades terminales

La palabra eutanasia, viene del griego: EU= que significa bueno y THANATHOS= muerte; es decir significa buena muerte.

La eutanasia es terminar con un sufrimiento irremediable, es inducir la muerte de forma tranquila, sin estrés, sin dolor. Esta decisión es solo del propietario y la labor del médico veterinario es acompañar durante el proceso.  Esta decisión conlleva a veces sentimientos de culpa, la idea de la muerte resulta de difícil aceptación y se espera hasta los últimos momentos, para tomarla pues nunca es el momento…

En enfermedades terminales es muy importante prepararse para darle el último adiós a la mascota, la circunstancia ideal sería tener el suficiente tiempo para la despedida, para llorar, para abrazar y hablar con la mascota. Permitir salir estas emociones es totalmente necesario y a algunas propietarias pueden sentir la necesidad de pedir perdón a su mascota, si siente que no tuvo el tiempo necesario para ella, o fue descuidado               en su cuidado.

Es absolutamente importante la costumbre de agradecerle a la mascota por los buenos momentos, los juegos, la compañía, es una forma de tener una sensación de desahogo en medio del dolor de la perdida.

Quizá hacer un ritual, al enterrar o cremar a su mascota, no debe ser juzgado como buena, mala o exagerada decisión. Es una forma de honrar el amor por la mascota; está bien llorar y extrañar mucho esto nos da la posibilidad de digerir el proceso de perdida, (rememorar la mascota sembrando una planta u organizando un pequeño jardín, se vale también enmarcar fotos bonitas, hacer una donación para fundaciones para honran la memoria de su mascota etc.)

El propietario no debe deprimirse o quedarse anquilosado en el sentimiento de dolor por la perdida. Si así sucede buscar hablarlo con alguien que comprenda el gran amor que se sentía por la mascota; el amor no conoce especies y el dolor de la perdida es igual.

El conjunto de sentimientos que se experimenta cuando fallece nuestra mascota es muy similar al dolor por la pérdida de un familiar y se le denomina duelo, en él se reconocen cinco fases:

  1. Negación. Es una etapa de reacción, que puede ser consciente o inconsciente, al enterarnos de la enfermedad terminal o la inminente muerte de nuestro ser querido. L resultado es oponerse a la realidad; creando un cerrado rechazo, que nos protege por un tiempo de la conmoción emocional.
  2. Ira. Etapa en la que nuestra pérdida no tiene regreso y se manifiesta el dolor. Con sentimientos marcados de culpa y enojo por las circunstancias que llevaron a este desenlace.
  3. Negociación. Etapa en la que aflora la esperanza de retrasar lo inevitable. Volver el tiempo para hallar lo que podríamos haber hecho diferente, y  evitar la pérdida. O acudir a un poder superior que sane nuestro ser querido a cambio de abnegación.
  4. Depresión. Etapa de certeza de la condición irreversible de la muerte. Se presenta agotamiento físico y mental El sentimiento de vacío y desconsuelo, es total.
  5. Aceptación. Etapa en la que admitimos la realidad. Empezamos a convivir con la pérdida. comprendemos que la muerte es parte de la vida.

Transitar por estas fases permite:

  1. generar paz, sentimientos de satisfacción al haber tenido y compartido la vida y el tiempo, con un ser así
  2. Aprender a dejar ir y recordar con alegría,
  3. Aceptar los sentimientos de rabia, tristeza impotencia y agotamiento
  4. Respetar el sufrimiento hablar sobre la muerte de la mascota con amigos.

Los animales que quedan en casa pueden sufrir depresión, al sentir la ausencia de su compañero, y presentar alteraciones del comportamiento, como DEPRESION Y POSTRACION aletargados tristes sin ganas de jugar o ANSIEDAD al mostrar un comportamiento destructivo, raspar puertas, correr buscando a su compañero, DISMINUCION DEL APETITO por días como reflejo de su tristeza, BUSQUEDA DE ATENCION con conductas anormales para llamar la atención

Para ayudarlos a superar la perdida es importante, hacer las siguientes cosas:

  • mantener la rutina de la mascota
  • no reforzar cambios de comportamiento
  • no sobre protegerlo en exceso, el exceso de atención más tarde desencadena en ansiedad por separación

No es recomendable acelerar la búsqueda de otra mascota, incluso a veces de la misma raza, color, edad porque se crea una carga muy grande de esperanzas de comparación, es mejor esperar digerir el dolor, y luego buscar otra mascota que nos acompañe…

Fuente: www.drasglendayclarenapolo.com

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Dras. Glenda y Clarena Polo Eraso

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